El 1-4-3-3 que catapultó a Sarri con un Nápoli brillante no se alteró ni se alterará.
Es un traje hecho a medida.
Es el espejo del juego de posición de Pep Guardiola, “el mejor entrenador del mundo”, según Sarri.
Sin embargo, supone un cambio enorme con respecto al 1-5-4-1/1-3-5-2 (según defensa o ataque) de Conte, desde lo estrechamente posicional hasta las características de los futbolistas.
Los equipos de Sarri son activos, toman la iniciativa y procuran imponer su estilo.
El tiempo es lo último que le importa y hacen culto de la paciencia. Cuanto más largo sea el tiempo de posesión de la pelota más posibilidades habrá de lastimar al rival.
Jugadores dispuestos a distintas alturas, triángulos de pases, búsqueda del hombre libre, superioridad a espaldas de la línea de presión. Todos los pases y movimientos tienen un sentido. Pasar y circular para mover a los rivales. Esta descripción no es caprichosa sino un reflejo de lo que se vio en los partidos preparatori...
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